Descartes enjuicia todo el conocimiento que recibe, puesto
que no tiene manera de confirmar que sea cierto. De lo único que no puede dudar
es de que está pensando, porque si no existiese no podría pensar en que existe
o no, de ahí su famosa frase "pienso luego existo".
Descartes duda sobre la existencia real de todas las cosas
ya que podría ser que solo fuera un reflejo o imagen irreal.
También se inclina mucho en la ciencia, basándose en el
empirismo. Nos habla de ciertos pasos que debemos de realizar.
Comenta que hay que vencerse a sí mismo para después ver a
los demás y poder vencerlos.
Por otro lado, Calderón piensa que la vida es un sueño vano,
pero la muerte es sólo el seguro despertar a otra vida "Que toda la vida
es sueño y los sueños, sueños son".
Algunas de las ideologías de Descartes, Calderón de la Barca
las lleva a cabo en su obra, como lo es el vencerse a sí mismo, que en este
caso sería Segismundo, y vence después a los demás sabiendo ya quién es él y
otorgando el perdón.
De la Barca duda entre la ilusión y la realidad, pero la
diferencia es que él se inclina por una solución de tono moral: no importa qué
es realidad y qué es sueño. Lo esencial es hacer el bien en todo momento.
Su pesimismo sobre el valor de la vida es radical, al contrario
de Descartes.
La idea dominante de ambos es la confusión entre apariencia
y realidad.
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